“En Chile estamos frente a un incipiente cambio de ciclo de las políticas hacia el mundo rural, pero aún no sabemos qué va a suceder”, explica Eduardo Ramírez,Ingeniero Agrónomo, Magíster en Economía Agraria de la Universidad Católica de Chile, al analizar en panorámica el desarrollo de las políticas rurales de hoy en el país. El investigador de Rimisp habla de “una progresión en el tema”, que, desde su perspectiva, podría continuar su avance sostenido, con las nuevas propuestas del actual Gobierno, que apuesta por un rol de coordinación y de desarrollo más orgánico y directivo, por parte del Ministerio de Agricultura. “Si la institucionalidad logra dar gobernanza a esta política, podríamos tener cambios profundos en cómo el Estado mira a lo rural”, agrega Ramírez. Según el ingeniero, los cambios de coaliciones en el país no han roto con las reflexiones de los ciclos anteriores sobre el tema, lo cual da cuenta de una sumatoria de elementos a favor del desarrollo rural en cada Gobierno, que hoy podrían permitir hablar de avances concretos en el sector.
Según el diagnóstico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, es fundamental otorgar un enfoque territorial integral para el desarrollo de las regiones rurales del país, pues la inexistencia de este prisma dificulta la articulación y el desarrollo coherente de metas comunes y la coordinación de acciones y estrategias de los diferentes ministerios y agencias públicas que intervienen en las áreas rurales.
En ese sentido, hoy Rimsip trabaja para comprender las transformaciones del mundo rural y contribuir a la formulación de mejores estrategias y políticas para un desarrollo sostenible e inclusivo.Y desde esta perspectiva, María Ignacia Fernández, directora ejecutiva de Rimisp, es enfática al explicar que, “el problema con las políticas rurales en Chile, es que, si no tienen un correlato importante con las acciones efectivas, son letra muerta”.
Fernández dice que actualmente en Chile, la invisibilidad de los temas rurales en los asuntos públicos dificulta el desarrollo en el sector, y con esto se refiere, tanto a la invisibilidad estadística como social y política. “Hay una concepción mal entendida de que hay menos ruralidad de la que efectivamente existe. En ese sentido el aporte de la OCDE ha sido fundamental para visibilizar a una población notoriamente mayor, respecto a lo que hizo anteriormente el INE. Antes apenas se veía la población rural, en consecuencia, mucho menos sus problemas”.
Por otra parte, la directora ejecutiva de Rimisp identifica un reduccionismo en el enfoque, a la hora de observar las condiciones de vida de los habitantes de los territorios rurales, acotando la perspectiva solo a una la lógica extractiva. “El foco se concentra en la producción pero no se está comprendiendo la lógica humana con un modelo de desarrollo, que por lo demás, privilegia al mundo urbano”.
En esa línea, Cristian Leyton, Doctor en Política Social en la Universidad de Bristol, Reino Unido e investigador de Rimisp, opina que, “es clave hacer concreta la multidimensionalidad del desarrollo rural. Salir de lo agrícola. Eso significa pensar en servicios básicos, en salud en educación, conectividad, en políticas específicas para la superación de la pobreza en lo rural”.
No obstante, Leyton observa como principal desafío para este proceso, la necesidad de articulación del conjunto de actores implicados: “El que esto dependa de múltiples ministerios y servicio públicos, exige una articulación que permita ordenar y sentar en la mesa a todos los actores involucrados para que se materialice la multidimensionalidad en programas y políticas en el territorio rural”, y agregó, “se requiere del Ministerio de Desarrollo Social, del FOSIS, de Corfo, de Sercotec, del Ministerio de Cultura, entre tantos otros. Para Chile, hoy el desafío fundamental es empoderar lo suficiente a la autoridad a cargo, para que permita articular a este conjunto de actores”.
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