El pasado 7 de agosto tomó posesión el presidente electo de los colombianos Iván Duque, y frente a esta coyuntura, el Grupo de Diálogo Rural ajusta su esquema de trabajo para generar recomendaciones respecto a la situación de los jóvenes rurales del país.

En Colombia 2,6 millones de jóvenes entre los 14 y los 28 años habitan en las zonas rurales en 2015, es decir el 24.5% de la población total rural.  Debido a la dificultad para acceder a educación postsecundaria y a trabajos formales, se estima que cerca del 12% de los jóvenes rurales migra a los centros urbanos en busca de mejores oportunidades.

Estos datos, extraídos de la encuesta de Calidad de Vida –ECV- de 2015 hacen parte del diagnóstico sobre Juventud Rural elaborado por el Grupo de Diálogo Rural (GDR) en el cual se evidencia que el 42.3% de los jóvenes rurales migra a los centros urbanos en búsqueda de nuevas oportunidades laborales y el 18.3% mejores oportunidades educativas.

Ángela Penagos, directora de Rimisp Colombia y secretaria técnica del GDR, resaltó que “la proporción de trabajo sin remuneración es menor para las jóvenes rurales que migran que para las que permanecen en la zona rural (6% vs. 27%) y los jóvenes que migran a la zona urbana tienen en promedio 9.2 años de educación, y los que se quedan es de 7 años”.

Aunque las propuestas del presidente electo Iván Duque aún no detallan las estrategias dirigidas a este grupo poblacional, su apuesta más cercana está orientada a promover un desarrollo sostenible de las zonas rurales, y generar condiciones atractivas para que los jóvenes “se la jueguen por un futuro próspero en el campo con sus familias, en lugar de migrar a una vida incierta en las ciudades”.

Es por esta razón que los integrantes del Grupo de Diálogo Rural reafirmaron su interés en trabajar en el ámbito de los desafíos que presentan los jóvenes rurales y precisaron la necesidad de trabajar en una zona específica del país con un grupo de jóvenes para formular una propuesta concreta a partir de este acercamiento.

Inclusive, el Grupo analiza la pertinencia de focalizar esta iniciativa alrededor de los jóvenes rurales en zonas en donde persisten actividades ilegales como la minería o la siembra de cultivos de uso ilícito.

“Es fundamental entender qué quieren los jóvenes: ¿Realmente se quieren quedar en la agricultura? ¿Cuál es su posición frente a los cultivos ilícitos? ¿Qué alternativas encuentran para su desarrollo? Es importante encontrar las respuestas a estas preguntas con los jóvenes rurales y trabajar de la mano con las universidades, los gremios y otros actores en el territorio”, puntualizó Ángela Penagos Secretaria Técnica del GDR y directora de Rimisp Colombia.

Es así como el nuevo escenario político del país representa como una oportunidad para promover acciones transformadoras a una escala regional que generen aprendizajes replicables a escala nacional para continuar construyendo, mediante el diálogo, mejores oportunidades económicas para los jóvenes rurales en Colombia

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