De acuerdo a la Encuesta CASEN, un 7% de la población a nivel nacional declaró pertenecer o descender de alguno de los pueblos originarios (Aymara, Rapa Nui, Quechua, Mapuche, Atacameño, Coya, Kawésqar, Yagán y Diaguita). En la Región Metropolitana, esta cifra alcanzó el 4%. En las regiones de La Araucanía, Arica y Parinacota, Aysén, Magallanes y Los Lagos, está proporción supera el 20% de los habitantes.

Tomando en cuenta las últimas cifras sobre pobreza, y considerando que La Araucanía tiene el porcentaje más alto de personas viviendo bajo la línea de pobreza (27%) y que pertenecen a la etnia mapuche (29%), Rimisp analizó cómo interactúan dichas variables.

En las provincias de Arauco, Malleco y Cautín, las personas que se declaran parte de los pueblos originarios son un 26%; sólo un 11% de ellos habla o entiende su lengua. Después de tomar en cuenta el efecto de factores como educación, empleo, vivienda, hogar, ruralidad y condición de agricultor/a, se determinó que pertenecer a los pueblos originarios aumenta la probabilidad de ser pobre en estas provincias del sur de Chile (2,6%). Si estas personas entienden su lengua ancestral o la hablan, la probabilidad de ser pobre aumenta a 5,6% y 6,4%, respectivamente.

Para Rimisp las diferencias que se observan entre las posibilidades de ser pobre debido a la condición indígena en las provincias del sur analizadas, y lo observado en la Región Metropolitana, se explicarían por un entorno de discriminación enraizado en La Araucanía y Biobío. Según esta hipótesis, el sesgo negativo hacia la población indígena desaparecería en la Región Metropolitana, y por lo tanto ser indígena en esta región disminuye las posibilidades de vivir en condiciones de pobreza.
De acuerdo a los argumentos elaborados por diversos expertos, otra explicación a la mayor pobreza que se registra en la población indígena del sur del país se debe a que su actividad económica principal es la de campesinos de autosubsistencia. No obstante, Rimisp descarta esta explicación porque el efecto étnico es adicional e independiente al que pueda ser causado por la actividad económica.

A juicio de Eduardo Ramírez, investigador de Rimisp, “estos hallazgos son evidencia suficiente para desarrollar políticas públicas especiales hacia los pueblos originarios, complementarias a las políticas generales de lucha contra la pobreza con independencia de condición étnica. Además, no basta -aunque sea muy importante- con la restitución de tierras a las comunidades indígenas, sino que también hay que promover cambios en las instituciones políticas, culturales, de mercado y sociales que pueden estar causando discriminación étnica. Solo de esta forma los miembros de los pueblos originarios van a alcanzar su potencial de desarrollo y bienestar en La Araucanía y la Provincia de Arauco, como al parecer ya lo hacen en la Región Metropolitana”.

Para leer la minuta, comunicados y las apariciones en la prensa, visite la sección:
Serie “Una Mirada Territoriorial a la CASEN”

Crédito fotografía: Municipalidad Peñalolén / Flickr

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